Sencillo paseo que permite descubrir a los mayores las bellezas arquitectónicas de este singular pueblo a los pies de los picos de Europa, y a los más peques entretenerse con las múltiples distracciones que ofrece la ruta. La ruta está perfectamente señalizado con el nombre de “Paseando Cangas”, por lo que perderse no es una opción.Además de poder admirar el inmenso puente romano que cruza el río Sella, la Iglesia de Santa María, el monumento a Pelayo o algún hórreo perfectamente conservado, en el camino se pueden encontrar dos parques infantiles para niños. Caminando a lo largo del río además es posible saludar a unos cuantos patos que degustarán de buen grado unas migas de pan. La zona de columpios más céntrica está rodeada de cafeterías con terrazas, por lo que resulta ideal para hacer una pausa y reponer fuerzas, disfrutar del relajado ambiente de esta localidad asturiana, o hacer acopio de los productos típicos asturianos que seguramente tentarán a más de uno en las vistosas tiendas de los alrededores.