Preciosa ruta bordeando el río Guadalaviar. Comienza siendo una aventura, cruzando puentes colgatnes y estrechas pasarelas, para, después de disfrutar un buen rato del paisaje natural de la cuenca del río, finalizar con la visita a la parte alta de la preciosa localidad de Albarracín. Toda la familia se trasladará unos siglos atrás en el tiempo, cuando la cultura mudéjar empapó cada rincón de esta localidad.El camino es sencillo y seguro. No obstante, solamente al principio del trayecto se atraviesan dos puentes colgantes y un estrecho paso elevado sobre el río, pegado a la roca sobre la que se eleva Albarracín, que no hacen recomendable esta ruta para aquellos que puedan tener temor a pequeñas alturas. Este primer tramo impide también que la ruta pueda hacerse con carritos. Si se decide llevar a los niños en la mochila, es recomendable cogerlos en brazos en el corto tramo de las pasarelas, dada la estrechez del paso a la altura de la cabeza.