Esta cala de cantos rodados está situada en la vertiente meridional de la pequeña bahía del Portitxol, resguardada en sus extremos por el Cap Prim y el Cap Negre, de impresionantes y vertiginosos acantilados calizos. La cala toma el nombre de las barracas que los pescadores construyeron allí y que, con modificaciones, aún se conservan. En el pasado, el Portitxol (que literalmente significa “puerto pequeño”) fue un área de fondeo y resguardo de embarcaciones que realizaban rutas comerciales por el Mediterráneo.
La ruta da inicio en el mirador de la Creu del Portitxol, un lugar con bancos y árboles dónde se puede almorzar, tomando la senda que sale desde la cruz de piedra tosca. En el cruce de sendas tomamos la de la derecha. La senda transcurre por un paraje donde predomina el aladierno, la uña de gato, algarrobos y pinos. Tras superar un pequeño bosque de pinos, la senda se bifurca en dos, a la izquierda Els Pallers y a la derecha Cala Barraca. Tomamos la de la derecha, bajaremos unos escalones y encontraremos una valla que nos acompañará prácticamente hasta el final del recorrido. Tras varios tramos de escalones llegamos a la cala, característica por las casitas de pescadores.
El recorrido está señalizado por marcas verdes y blancas que indican que se trata de un SL (sendero local)
El camino de vuelta va por la misma senda hasta el mirador. Se recomienda los días soleados evitar las horas de mayor radiación y proteger a los peques con alguna gorrita y crema.
Información turística de Xabia: http://www.xabia.org